El relato
Esta aventura comenzó de una charla que tuvimos entre dos amigos y todo se fue transformando en una realidad…
El pasado 1º, 2 y 3 de marzo la concretamos, nos encontramos en la madrugada del lunes primero en el Club ACAL para aprontar los kayaks con el equipaje para pernoctar en las paradas previstas, a las 8hs. arrancamos rumbo al arroyo Pando (el Pinar) Gastón Ferrer y quien les relata, el viento estaba del sector ESTE a unos ocho nudos, con el río con pocas olas de dirección NORESTE y cielo totalmente despejado.
El trayecto fue muy bueno pero los 28 kms. que nos separaban del primer destino se comenzó a sentir después de Solymar más de seis horas demoramos con el viento siempre en contra en llegar al Club Nacional de Regatas del arroyo Pando en donde nos esperaban Mauricio Gezuele y su madre Miria Scalante, pero antes fue todo un desafió la boca del arroyo donde las olas superaban el metro y medio pero la superamos sin volcar, desembarcamos y ya comenzar aprontar el campamento, también secar la indumentaria que llevábamos puesta en un tendedero improvisado.
Mientras Gastón fue a comprar las provisiones para el almuerzo para recuperar energías, luego nos tiramos una buena siesta reparadora.
El atardecer nos trajo la visita de Marcelo D’ambrosio para compartir en la noche de un clásico asado, recolectamos la leña y Mauro le dio la encendida al fuego en el parrillero del club, disfrutamos de una noche de ensueño con una luna llena que se vistió con sus mejores galas para nosotros!
Peo la noche trajo una noticia que iba a cambiar el destino de esta travesía, le avisaron a Gastón que se tenía que presentar al otro día en su trabajo habitual, tuvimos que reemplazarlo con Mauro (un joven de tan solo 14 años) pero con una gran experiencia náutica, mientras tanto Marcelo después de compartir con nosotros volvió a Montevideo y nos aprontamos para el descanso nocturno.
El amanecer del martes 2 nos trajo condiciones similares al día anterior de viento y marea, con el recambio de equipaje en el kayak de mi compañero zarpamos al destino del arroyo Solís chico ubicado en el balneario Parque del Plata, demoramos unas tres horas y media con una pequeña parada en la playa Mansa del balneario Atlántida.
El Solís chico nos espero con el agua transparente y su cama tradicional de sus dunas que se levantan los márgenes del arroyo.
El campamento lo preparamos entre las dunas en un lugar privilegiado visualmente, fui a buscar las provisiones correspondientes para el almuerzo a un autoservice a un kilómetro y medio por la margen del arroyo.
Posteriormente la sienta reparadora y Luego fue tiempo para el esparcimiento en el Solís remando en el colchón inflable que nos sirvió de balza.
Ya en la noche nuevamente nos trajo la hermosa luna llena que se reflejaba en el arroyo y para coronar el espectacular paisaje armamos una fogata en la arena blanca de las dunas, una noche soñada de luna , estrellas fogata y el sonido a lo lejos de las olas rompiendo en la orilla.
En la mañana del miércoles 3 el cielo se cubrió de nubes, el viento era del sector NORESTE a unos ocho o diez kms., con olas de cincuenta centímetros de dirección SURESTE, mientras tanto Mauro improviso un aparejo para su kayak construido de ramas, cabos, pulpos y la vela era el sobre de dormir , que probo en el arroyo con increíble rendimiento.
Pero en el horizonte se divisaba unas cortinas de agua que nos dio a pensar que se podía complicar el trayecto de vuelta del Solís al Pando.
Fue sin dudas el más complicado de remar ya que las condiciones reinantes que nos hizo esforzar al máximo el brazo derecho para corregir la deriva que teníamos, después de tres horas de sufrimiento volvimos al Pando y fue tiempo de aflojar los brazo con el disfrute de un arroyo secundario que nace en el Pando llamado arroyo Tropa Vieja de sendero estrecho con obstáculos de todo tipo entre ramas, piedras y demás y un silencio asombroso solo interrumpida por los sonido de vehículos mientras nos acercábamos a la interbalnearia, hasta que unas ramas nos corto el paso y tuvimos que volver a la boca del arroyo, ya en el Pando dimos por terminada la travesía por que el pronostico no era para nada alentador del día siguiente.
Nos paso a buscar la madre de Mauro, cargamos los kayaks y volvimos al ACAL.
Me despido de ustedes hasta la próxima aventura ya acompañado con el resto del grupo de kayakismo!
Agradecimientos:
Prefectura Nacional Naval.
Club Nacional de Regatas (Country el Pinar).
Sra. Miria Scalante
Sr. Roberto Hidalgo
Sr. Marcelo D’ambrosio
Texto, fotografía y edición:
